aaa... llámame loca Carmen... pero a mí me produce ternura... el hombre empatizando con el árbol... o tratando de pagar sus culpas? Me producen una enorme curiosidad las cosas que pasan por la cabeza del Sr. Olea.
Voy a sonar muy cursi, pero esta es una viñeta muy profunda. Porque tenemos esa costumbre de esperar que los demás entiendan nuestros puntos de vista (y hasta molestarnos y enfurecernos cuando no ocurre), cuando la verdad es que cada uno cree desde lo que ha vivido. El quid del asunto está en respetar eso y todos contentos. El hombre aprovecha la sombra del árbol y el árbol se mantiene entero. Señor Olea, usted me sorprende.
Francisco Javier Olea, diseñador e ilustrador a tiempo completo. Hay algo que amo y algo que odio: Amo dibujar; lo hago desde que tengo conciencia. Y odio hablar de mi, así es que hasta aquí no más llego. Saludos, vuelvan cuando quieran y pasen por mi web www.franciscojavierolea.com
que fuerte.
ResponderEliminaraaa... llámame loca Carmen... pero a mí me produce ternura... el hombre empatizando con el árbol... o tratando de pagar sus culpas? Me producen una enorme curiosidad las cosas que pasan por la cabeza del Sr. Olea.
ResponderEliminarjajaja muy buena!!
ResponderEliminarLástima que al árbol no le hiciera mucha gracia.
ResponderEliminarMe suena esto de cortarle las patas con convicción a los demás, che.
ResponderEliminarA la fuerza no :c
ResponderEliminarVoy a sonar muy cursi, pero esta es una viñeta muy profunda. Porque tenemos esa costumbre de esperar que los demás entiendan nuestros puntos de vista (y hasta molestarnos y enfurecernos cuando no ocurre), cuando la verdad es que cada uno cree desde lo que ha vivido. El quid del asunto está en respetar eso y todos contentos. El hombre aprovecha la sombra del árbol y el árbol se mantiene entero. Señor Olea, usted me sorprende.
ResponderEliminarMuy de acuerdo Clara.
ResponderEliminarGracias a todos por sus comentarios.
ResponderEliminarGracias Clara por mirar el dibujo dos veces.
Slds!!